Biografía

Ligia Trinidad Cámara Blum, destacada pianista, intérprete y compositora yucateca.

Cuentan los vecinos del barrio de Santiago donde crecí, que a los tres años me senté al piano y toqué de a oído, aquel célebre charlestón: la calle doce… ¡En ese momento nació en mí mi vocación de artista que llevo por genética…!. En mi familia ha habido muchos músicos… Mi padre –Pedro Cámara Lara (qepd), fue guía de turistas, pero tocaba maravillosamente la guitarra y enamoró a mi madre llevándole serenata todos los días durante 11 meses que duró su noviazgo… Mi progenitor se opuso a que yo fuera artista, pero llegué a serlo porque mi esposo le dijo al casarme: “Suegro, deje usted que Ligia haga de su vida lo que ella quiera”. Mientras fui soltera estuve sometida a sus órdenes. Fui una niña obediente, pero muy traviesa. De vez en cuando me permitía tocar la guitarra, pero eso sí: ¡me tenía prohibido cantar!”

Mi carrera profesional la inicié en el Bar La Trova -del Hotel Mérida- sustituyendo a la talentosa Judith Pérez Romero, quien al casarse -en 1970- abandonó el Grupo de Las Maya Internacional. En 1976 integré un trío de Jazz con Héctor Rodríguez. He participado anualmente -desde 1984- en los Festivales de Mayo y los Otoños Culturales que organiza el Instituto de Cultura de Yucatán de Yucatán en el Teatro José Peón Contreras. En 1987 viajé a la ciudad de México a invitación de Sergio Esquivel para hacer programas de Televisión en el Canal 2 de Televisa. En 1989 asistí invitada a la Semana de la Cultura de la Unión de Escritores y artistas Cubanos en la Habana, Cuba, en donde actué en el famoso “Rincón de Filín” con César Portillo de la Luz. Ese mismo año, en el Teatro José Peón Contreras de nuestra Ciudad de Mérida, se realizó un homenaje para José Antonio Méndez con quien nos unió una gran amistad.

A los 14 años compuse un bolero: “Retorno”; en 1964 “Para Siempre” con el que resulté finalista en el Concurso de la Canción organizado por la Asociación Cultural Yucatán de la Ciudad de México. Otras de las melodías que he compuesto son: “No vale la pena”; “Vuelve pronto”; “El mar”, “Un nuevo amor” y “Sucedió cuando te vi” y el “Cha cha cha de Manzanero en homenaje al compositor yucateco que tuvo una gentileza que nunca olvidaré: siendo una estrella compró un ramo de flores y personalmente me trajo aquí a la casa. Don Armando es una persona única y sencilla. Le platicaré una anécdota. Un día tenía un problema de plomería y me urgía localizar a un plomero de apellido Manzanero y cuando sonó el teléfono le dije: “¡Maestro Manzanero, venga de inmediato que la casa se está llenando de agua! …” Se hizo una pausa del otro lado de la línea y una voz me dijo: Ligia, no soy plomero. Soy compositor, pero iré a su casa a ver en qué la puedo ayudar. Soy Armando Manzanero que le llamo para ver si puede venir a grabar conmigo dos canciones…”

En mi larga vida artística ha compartido escenarios con Armando Manzanero, Vicente Garrido, José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, etcétera. De todos guardo gratos recuerdos.